FAO y ACNUR elaboran un manual para gestionar las necesidades de combustible de madera de la población desplazada

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Un manual técnico elaborado por la FAO y el ACNUR se convierte en una nueva herramienta que ayudará a las personas desplazadas a acceder al combustible que necesitan para cocinar sus alimentos, reduciendo al mismo tiempo el daño ambiental y los conflictos con las comunidades locales.

El nuevo manual técnico Evaluación de la oferta y la demanda de combustible de madera en situaciones de desplazamiento contiene una metodología que los trabajadores humanitarios y los administradores de los campos pueden utilizar hacer frente a este desafío. En él se describe paso a paso un proceso para evaluar las necesidades de energía y la naturaleza y disponibilidad de las fuentes locales de leña, y utiliza sistemas de información geográfica y de teledetección para mapear la distribución y los cambios en el tiempo de la biomasa leñosa.

La metodología se basa en datos de inventario de campo e imágenes satelitales de alta resolución y datos técnicos y socioeconómicos relevantes que permiten una evaluación en profundidad del suministro de combustible de madera y la dinámica de la demanda.

Según los autores, el uso de su metodología permite a los administradores y otros actores sobre el terreno tomar decisiones mejor informadas. Los datos obtenidos pueden utilizarse para controlar el consumo de combustible y evaluar las tendencias, apoyar las decisiones de impulsar las actividades de forestación y reforestación o introducir cambios en la forma de obtener o utilizar el combustible, por ejemplo, con combustibles alternativos y tecnologías de cocción más eficientes.
El manual indica que la leña puede suministrarse a través de diversos sistemas arbóreos y forestales, como plantaciones forestales mixtas, o por medio de sistemas integrados de energía alimentaria que producen tanto alimentos como energía, como la agroforestería o los sistemas agrícolas múltiples.

65 millones de personas desplazadas de sus hogares

A finales de 2015, más de 65 millones de personas en todo el mundo se encontraban desplazadas como resultado de persecuciones, conflictos, violencia generalizada o violaciones de los derechos humanos, y muchas de ellas alojadas en campos de refugiados o en asentamientos improvisados, según ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

El combustible para cocinar alimentos es un recurso crucial para la seguridad alimentaria y la nutrición de las personas desplazadas, así como de las comunidades que los acogen.

Pero el creciente número de refugiados y desplazados ejerce a menudo gran presión sobre los bosques, debido a la mayor demanda de combustible de biomasa, como madera y carbón vegetal. Si no se controla, este aumento de la competencia por los recursos naturales puede elevar también el riesgo de conflictos con la población local. Y la sobreexplotación de los recursos forestales para obtener combustible puede conducir a la degradación de los bosques o la deforestación en zonas aledañas a los campamentos.

Con la publicación de este manual, FAO y ACNUR confían en que se reduzcan muchas de esas consecuencias.