Los bosques de Tenerife y Gran Canaria tienden a desplazarse hacia zonas más altas para adaptarse al cambio climático

Así lo contempla un trabajo de investigación elaborado a partir de distintos escenarios climáticos basados en modelos elaborados por la Viceconsejería de Sostenibilidad.

Los bosques de las islas de Tenerife y Gran Canaria tenderán a desplazarse hacia zonas más altas como adaptación al aumento de la temperatura. Si el calentamiento se acrecienta en las cumbres, estos bosques no tendrán donde refugiarse y podrían transformarse profundamente en comunidades muy diferentes a las actuales dominadas por especies más resistentes al calor y a la falta de humedad. Esta es la principal conclusión de un trabajo de investigación elaborado por los doctores Marcelino del Arco y Víctor González del Departamento de Biología Vegetal (Botánica) de la Universidad de La Laguna, que fue presentado la semana pasada en Santa Cruz de Tenerife por la viceconsejera de Sostenibilidad, Guacimara Medina. Este estudio, que forma parte del proyecto ClimaImpacto, cofinanciado por el programa MAC 207-2013 de la Comisión Europea, que ejecuta la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad, permitirá deducir con la mirada puesta en el futuro la distribución de los bosques en las islas de Tenerife y Gran Canaria en función de las variaciones del clima. También ayudará a detectar tanto las zonas más sensibles como las que tolerarán mejor las citadas variaciones del clima. La investigación se fundamenta en la modelización de las zonas idóneas para el establecimiento de la vegetación actual en las islas reseñadas, a partir de las diferentes estaciones meteorológicas repartidas por ambas islas. Estos modelos también permitirán detectar tanto las zonas más sensibles como las que tolerarán mejor las citadas variaciones del clima. Desplazamiento hacia zonas más altas La conclusión general es que la vegetación propia de zonas secas se expande y la de zonas húmedas se contrae y que los bosques tienden a desplazarse hacia zonas más altas como adaptación al aumento de la temperatura. Pero hay excepciones como los bosques de las cumbres de Anaga, donde reside una de las mejores muestras de laurisilva de Tenerife, o los bosques de pinar de Inagua, en Gran Canaria, uno de los hábitats más importantes para el emblemático pinzón azul de esta isla. Si el calentamiento se acrecenta en las cumbres, estos bosques no tendrán donde refugiarse y podrían transformarse profundamente en comunidades muy diferentes a las actuales dominadas por especies más resistentes al calor y a la falta de humedad. Según este estudio, la variación en el clima podría estar sucediendo a una velocidad superior a la capacidad de las especies para adaptarse, por lo que es posible que en un futuro deban acometerse medidas de gestión asistida para ayudar a los propios ecosistemas a sobrevivir. Organizaciones como UICN ya están elaborando directrices en este sentido para orientar sobre los casos prioritarios en los que intervenir. Los resultados de este análisis son cruciales para organizar a medio plazo las acciones de gestión en cuanto a seguimiento de impactos, repoblaciones, colonizaciones y otras medidas de conservación, teniendo en cuenta las previsiones de cambio climático.

 

Fuente: Gobierno de Canarias
Enlace: http://www.gobcan.es/noticias/index.jsp?module=1&page=nota.htm&id=151645