LIFE RESILIENT FORESTS: El papel protector de los bosques como generador de oportunidades y actividad económica

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Es necesario impulsar la gestión forestal de base ecohidrológica, como medida efectiva de adaptación de los bosques mediterráneos al cambio climático ya que sitúa el agua en el centro de la planificación forestal, modulando y optimizando la producción de alimentos y biomasa, regulando la humedad del suelo, hidratando la planta y por tanto, mejorando la prevención del riesgo de incendios".

De esta forma se expresaron los investigadores del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de ValènciaI (IIAMA-UPV), Antonio del Campo y María González, con motivo del Día Internacional de los Bosques celebrado el pasado 21 de marzo.

La afirmación tiene su punto de partida en la escasa rentabilidad de los bosques mediterráneos y consecuentemente, en la situación de abandono o de nula o muy escasa gestión que se manifiesta especialmente en dos vertientes: la disminución de las aportaciones hídricas -tanto superficiales como subterráneas- provocadas por la densificación de las masas y el incremento sustancial del riesgo de incendios.

Por este motivo, durante la última década el grupo de Ciencia y Tecnología Forestal (Re-ForeST) del IIAMA, liderado por el profesor Del Campo, ha desarrollado diferentes estudios y proyectos de investigación con el objetivo de mejorar la resiliencia de los bosques semiáridos al cambio climático.

“A la baja productividad de las masas forestales de los bosques mediterráneos, hay que añadir las devastadores consecuencias que tendrá el impacto del cambio climático, por sus efectos en la estación de crecimiento y en el régimen hídrico del suelo, así como en el incremento del riesgo de incendios. Por ello, antes de que las consecuencias sean irreversibles, debemos promover prácticas que mejoren su adaptación y conservación”, afirma el Dr. Del Campo.

El proyecto LIFE RESILIENT FORESTS y la gestión forestal

Un buen ejemplo de estrategia de adaptación es el proyecto LIFE RESILIENT FORESTS, liderado por Antonio del Campo y María González, y en el que se está desarrollado un software de soporte a la decisión que determinará qué tipo de gestión foresta es más óptima, para maximizar la rentabilidad de servicios ecosistémicos como el “agua”, la “biomasa”, el “riesgo de incendio” y la “resiliencia climática.

“Tras comprobar las ventajas de la gestión forestal ecohidrológica, queremos cuantificar sus beneficios directos realizando para ello una estimación económica de dicha rentabilidad mediante la comparación de la relación coste-beneficio de los escenarios administrados y no administrados”, señala María González.

Los profesores de la UPV recuerdan que recientes estudios realizados por el grupo Re-ForeST en parcelas experimentales, determinan que la gestión forestal ecohidrológica puede reducir el riesgo de incendio en un 27%, “por lo que consecuentemente disminuye un 27% el área de propagación, un 27% la superficie quemada, otro 27% el área de actuación en la extinción y por último otro 27% la zona de restauración posterior del incendio, que es el factor económico clave que determina que es menos rentable no realizar gestión forestal”, sostienen los investigadores del IIAMA.

En este sentido, los primeros resultados alcanzados en el proyecto han suscitado el interés de diferentes agencias y administraciones europeas y nacionales, que han mostrado su predisposición a usar la herramienta.

“Nos ha contactado la “Belgium Royal Forestry Society” para implementar la herramienta en alguno de los más 3000 propietarios asociados a la entidad y de esta forma, conocer la resiliencia de dichas superficies al cambio climático, así como la “European Forestry Institute”. A nivel nacional, por ahora van a realizar pruebas con el software técnicos de DIVALTERRA y la Diputación de Bizkaia, quien a través del proyecto SINCERE lo va a aplicar en dos cuencas del País Vasco”, explican los miembros del grupo Re-ForeST.

Finalmente, los investigadores del IIAMA destacan que el proyecto busca poner en valor el papel protector de los bosques de una forma práctica, y evitar así la necesidad de abandono de estas zonas rurales por la falta de actividad económica.

“La gestión forestal no debe plantearse como una opción, sino que es una obligación que deben impulsar las administraciones para dotar de oportunidades a nuestros municipios de interior tan afectados por la despoblación. Aún estamos a tiempo de evitar que sucedan en España incendios forestales tan devastadores como los acontecidos en los últimos meses en Australia o California, pero para ello es necesario articular medidas y estrategias de gestión como las que se promueven desde la silvicultura eco-hidrológica ”, concluyen resaltando Antonio y María.