El largo viaje de la trucha y el salmón

Diez mil años más tarde, siguiendo un recorrido diferente, las truchas y salmones de América del norte también se desplazaron hasta el extremo sur. De su periplo trata este post

 

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Aunque lo mío son los bosques, voy a hacer una pequeña escapada por ríos y lagos. El riesgo de meter la pata se incrementa, pero espero despertar el interés de algún colega amante de la caña. Las críticas y correcciones serán bienvenidas. Los humanos llegaron a estos valles andinos hace relativamente poco, unos diez mil años (aunque hay teorías de que hubo migraciones anteriores). Su camino desde Eurasia hasta el cono sur pasó por el estrecho, entonces desecado, de Bering, que une/desune Siberia y Alaska. Un largo, largo camino. Diez mil años más tarde, siguiendo un recorrido diferente, las truchas y salmones de América del norte también se desplazaron hasta el extremo sur. De su periplo trata este post. Cuando llegaron los humanos se encontraron con una compleja red de ríos y lagos. Una idea de la importancia de las aguas dulces de la región nos lo da la superficie total de los 10 mayores lagos, que asciende a más de 900.000 hectáreas, algo así como toda la provincia de Almería. El mayor es más grande que Vizcaya. En esta inmensidad la variedad de peces que existían hace pocos siglos era relativamente pequeña, máxime si tenemos en cuenta la variedad de situaciones (lagos de alta y baja montaña, grandes y pequeños, situados muy al norte o al sur, ríos de todos los tamaños y condiciones…). En Argentina se han contabilizado solamente 16 especies nativas al sur del río colorado, además de las lampreas que suben desde el mar. Y únicamente tres de ellas están presentes tanto en América del norte como del sur. En Europa, incluyendo Rusia, hay más de quinientas especies de peces de agua dulce. El porqué de esta pobreza no me queda nada claro como también es para mí un misterio la escasa variedad de árboles de esta zona. La mayoría de esos peces son pequeños. Solamente una de las percas alcanza grandes dimensiones, llegando a pesar hasta 4 kilos. No parece que los peces llegaran a ser un alimento importante para los indígenas.

 

Fuente: PROFOR Blogs
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