La Ley Agraria de Castilla y León margina «lo forestal», según la MIMCyL
La Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León (MIMCYL) lanzaba hace unos días un comunicado para “dejar constancia de uno de los obstáculos que, tanto en la forma como en el fondo, lastran el desarrollo forestal, y por tanto rural, en Castilla y León: la Ley Agraria”. La MIMCyL denuncia que la actual legislación es “un tema antiguo y conocido por las administraciones responsables, al que no se le pone solución”.
Esta agrupación sectorial denuncia que la legislación de Castilla y León establece a todos los efectos que “se entenderá como sector agrario exclusivamente al agrícola y ganadero”, mientras que la legislación nacional (Ley 19/1995 de 4 de julio, de Modernización de las Explotaciones Agrarias) define la actividad agraria como “el conjunto de trabajos que se requiere para la obtención de productos agrícolas, ganaderos y forestales”.
La MIMCyL subraya que, “aparentemente, para cualquier ciudadano, la no inclusión de lo forestal en la Ley Agraria podría parecerle apenas significativo, pero los que trabajamos por y para este sector de nuestra Región tenemos constancia de que se está produciendo una situación verdaderamente injusta, de indefensión de una parte de los administrados de la Región (los propietarios forestales, con la no desdeñable cifra de más de 700.000 ciudadanos) producida por este hecho”.
Y es que, como se señala en este comunicado publicado en la plataforma sectorial FORESCyL, en contra de la (errónea) creencia generalizada, “la periferia de la meseta, la cordillera Cantábrica y los sistemas Ibérico y Central tanto en la cuenca del Duero como las vertientes al Miño, Ebro y Tajo son territorios rurales profundamente forestales, donde los productos primarios como pastos, madera, caza, hongos, etc. y sus, actividades industriales asociadas —junto a las actividades terciarias de turismo activo y naturaleza— son la base de la economía”.
Tanto es así que las actividades forestales productivas, especialmente las vinculadas a madera-biomasa han experimentado un crecimiento muy importante, la movilización del recurso se ha multiplicado por tres sin que esto haya supuesto aumentar la tasa de extracción. “Las industrias del sector forestal-madera de Castilla y León facturan más de 1.600 millones de euros, más que subsectores mucho más atendidos como el del vino o el azúcar. Mientras que simultáneamente las masas forestales maduran y los ecosistemas forestales mejoran”, subraya la MIMCyL.
Multifuncionalidad del territorio rural
Esta Ley regional está impidiendo, en la práctica, la gestión forestal del monte privado, muy minifundista, y que representa en torno a la mitad de la superficie forestal, provocando su abandono y que acabe siendo pasto de unos incendios cada vez más virulentos.
Para la MIMCyL “el problema es el enfoque de gestión del territorio subyacente. Un enfoque que no podemos tildar sino de corporativo, reduccionista y patrimonialista. La división competencial en distintas consejerías no debe aparejar la fragmentación del territorio rural en compartimentos estancos independientes. El territorio evoluciona de forma dinámica y multifuncional y, si bien las “cajas” pueden tener una utilidad operativa debe superponerse una visión amplia e integradora”.
La Mesa Intersectorial de la Madera de Castilla y León es consciente de que “la problemática de equilibrio entre agricultura, ganadería y monte es compleja y siempre ha existido. Pero precisamente es desde este equilibrio desde el que se optimizan las oportunidades y necesidades del medio rural y lograrlo debe ser el gran reto de una comunidad eminentemente forestal”.
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