Castilla y León se sitúa a la cabeza en certificación forestal a nivel nacional

Con casi 700.000 hectáreas certificadas, Castilla y León lidera la certificación forestal de España según la auditoría del sistema PEFC llevada a cabo el pasado mes de junio por la empresa AENOR. El Programa de Reconocimiento de Certificación Forestal de España (PEFC) utiliza criterios de sostenibilidad basados en el ciclo global del carbono, vitalidad de los sistemas, mantenimiento y potenciación de las funciones productivas, entre otras. España tiene certificada una superficie total de casi 1,7 millones de hectáreas, correspondiendo a Castilla y León más del 40%, con esas cerca de 700.000 hectáreas.

En concreto, la superficie certificada por el sistema PEFC en Castilla y León ha alcanzado en 2014 la cifra de 683.584 hectáreas que corresponden a 745 unidades de gestión, y supone 20.000 hectáreas más que el año anterior siendo la tendencia al alza.

Todos los montes certificados cuentan con su correspondiente instrumento de ordenación forestal, que es la mayor garantía de la adecuada gestión que se lleva a cabo en dichos terrenos forestales, y que son aprobados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. Castilla y León sigue siendo el referente a nivel nacional en materia de certificación forestal siendo la comunidad autónoma que más superficie certificada aporta al conjunto nacional.

Actualmente la Comunidad cuenta con 830.487 hectáreas ordenadas siendo la primera en ordenación forestal, una actividad que se viene realizando desde hace casi 150 años. Por provincias, Burgos es la que dispone de mayor superficie ordenada con 147.701 hectáreas, seguida por Segovia, León y Soria. Puede consultar aquí el documento en el que se detallan los territorios forestales ordenados.

Ventajas de la certificación de GFS

La certificación forestal garantiza al consumidor que cualquier producto forestal -madera, corcho, resinas, entre otros- procede de un bosque gestionado de manera responsable y sostenible.

El cumplimiento de los requisitos de la certificación es evaluado por una auditoría externa en base a estándares internacionales basados en seis grandes indicadores: el mantenimiento y mejora adecuada de los recursos forestales y su contribución al ciclo global del carbono; el mantenimiento y mejora de la salud y vitalidad de los ecosistemas forestales; el mantenimiento y potenciación de las funciones productivas de los montes; el mantenimiento, conservación y mejora de la diversidad biológica en los ecosistemas forestales; el mantenimiento y mejora de las funciones de protección en la gestión del bosque especialmente, suelo y agua; y el mantenimiento de otras funciones y condiciones socioeconómicas.