El papel de las regiones, la innovación social y la articulación de políticas, factores clave en la transición hacia la bioeconomía
Las conferencias inaugurales del II Foro de Bioeconomía de Castilla y León abordaron los retos institucionales, pero también sociales, en el camino hacia este nuevo modelo. Entre las conclusiones del encuentro destaca que la transición hacia la bioeconomía requiere innovación en productos, servicios y modelos de negocio con las administraciones públicas como tractoras.
Con un total de 64 ponentes, 36 empresas y más de 200 participantes, el II Foro de Bioeconomía de Castilla y León, que se desarrolló los días 25 y 26 de octubre en la ciudad de Soria, puso de manifiesto el potencial de la región en materia de bioeconomía al tiempo que ha sentado las bases para celebrar la tercera edición dentro de dos años.
Las personas encargadas de pronunciar las conferencias inaugurales fueron el jefe de equipo de Economía Circular de la Comisión Europea, Hans-Christian Eberl, y el coordinador de la iniciativa Biorregiones del Instituto Forestal Europeo (EFI), Inazio Martínez de Arano.
Eberl, quien centró su intervención en la nueva Iniciativa de Ciudades y Regiones Circulares y el papel de la Investigación e Innovación en la transición a la bioeconomía y la economía circular (CCRI), considera que “los vínculos entre la bioeconomía y las agendas sociales son débiles: mientras que la innovación tecnológica se considera un motor clave, la innovación social suele ignorarse”, y apuntó que “las estrategias nacionales de bioeconomía de los países del sur de Europa no profundizan en lo que la bioeconomía puede hacer por unas ciudades más sostenibles y habitables, ni en cómo llevar la bioeconomía a las ciudades”.
Para Eberl, las ciudades del sur de Europa son especialmente vulnerables al cambio climático, por lo que “la bioeconomía debe ser resistente a las cambiantes condiciones medioambientales, y las inversiones en estrategias de adaptación son cruciales”.
El representante del equipo de Economía Circular de la CE también considera, al respecto de la brecha rural-urbana, que en muchas regiones del sur de Europa, donde la agricultura y la silvicultura desempeñan un papel crucial en la bioeconomía, garantizar una distribución equitativa de los beneficios entre las zonas urbanas y rurales es importante para evitar ampliar esa brecha. Las políticas de bioeconomía deben promover el comercio sostenible y la equidad social en toda Europa y fuera de ella, para reducir las disparidades y generar nuevos empleos verdes en las industrias y servicios emergentes circulares, de base biológica y alimentarios, añadiendo valor a las economías regionales.
Las regiones lideran la bioeconomía
Por su parte, el coordinador de la iniciativa Biorregiones del Instituto Forestal Europeo, Inazio Martínez de Arano, intervino con una conferencia sobre Cooperación regional y el desarrollo de ecosistemas de innovación en bioeconomía, en la que se refirió a que, una vez constatado que Europa pierde centralidad, en ese nuevo escenario, no hay que perder de vista que las regiones lideran la bioeconomía porque, precisamente, la bioeconomía está enraizada en las estructuras sociales, económicas y ecológicas regionales y, además, cuentan con las herramientas políticas necesarias y proporcionan economías de escala.
Respecto a cómo fortalecer los impulsores de la bioeconomía regional, Martínez de Arano subrayó que “la colaboración interregional es clave para fortalecer los impulsores positivos y crear condiciones marco para una transición a la bioeconomía basada en los bosques, sostenible y equitativa”.
El responsable de la Oficina de Bioeconomía y Bioerregiones de EFI añadió que este fortalecimiento ha de llevarse a cabo con voluntad política (mediante la articulación de políticas y regulaciones), para fomentar y proteger varios aspectos como la sostenibilidad y oferta de recursos naturales; la capacidad de innovación, el descubrimiento intersectorial y los conocimientos y habilidades; incrementar la demanda de productos de base biológica, y esto va muy ligado a una sociedad comprometida y solidaria, pero todo esto ha de ir, además, acompañado de la capacidad empresarial de asumir riesgos y el acceso a la financiación.
Crear un nuevo hábitat para las personas
El II Foro de Bioeconomía de Castilla y León se conviertió en evento de referencia para promover la innovación y el emprendimiento a través del potencial que tiene la región con sus recursos endógenos y la creación de empleo en el mundo rural. El Foro abordó desde diferentes perspectivas los cuatro pilares de la Bioeconomía: Bioeconomía Agraria y Agroalimentaria, Bioenergía, Bioeconomía Forestal y Bioeconomía Circular.
El lema en la segunda edición fue “Crear un nuevo hábitat para las personas”, y puso el foco en cómo la Bioeconomía en Castilla y León puede impulsar el desarrollo del sector del hábitat, destacando las áreas, tecnologías y materiales que serán clave para ese impulso.
El programa contemplaba un total de 13 sesiones, desarrolladas en formato de sesiones plenarias, mesas de trabajo y encuentros temáticos, en las que se expuso un conjunto de iniciativas innovadoras que ya están funcionando.
El II Foro de Bioeconomía de Castilla y León estuvo organizado por el Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) con la coordinación de la Fundación Cesefor y contó con la colaboración del Clúster Hábitat Eficiente (AEICE), la Asociación Española de la Biomasa (Avebiom), el Centro Tecnológico CARTIF, el Ente Público Regional de la Energía de Castilla y León (EREN), el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL) y la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León (VITARTIS). El encuentro también fue posible gracias al apoyo de Caja Rural de Soria y del Ayuntamiento de Soria, y contó con la cortesía de la firma ‘Soria Natural’.
Las conclusiones del evento se encuentran disponibles para descarga en el siguiente enlace.